Fin del Mundo?

Ya se ofrecen viajes a destinos donde, por la "módica" suma de unos $50 mil, los viajeros se librarán de la catástrofe total el día del fin del mundo!


Pero, ¿es posible que el mundo se termine en esa fecha? La pregunta va cobrando mayor intensidad cada día y no se contesta con un simple si o no. En honor a la verdad, nadie puede decir a ciencia cierta qué es lo que va a ocurrir el 21 de diciembre de 2012. Puede que la fecha no marque necesariamente el fin del mundo como tal, pero sí del mundo como lo hemos conocido hasta ahora.


Las señales son obvias. Nuestro mundo está atravesando muchos cambios dramáticos y devastadores: disturbios sociales, conflictos políticos, colapsos de sistemas económicos, pandemias, catástrofes naturales en donde menos se esperan, eventos que inesperadamente se salen de orden, lluvias de pájaros y peces muertos a granel de la noche a la mañana, patrones del tiempo que no se pueden predecir y tantos más. Las noticias no se detienen. Y no olvidemos los daños irreparables que los seres humanos seguimos infligiendo a toda forma de vida en el propio planeta Tierra, sin olvidar el fanatismo y el terrorismo. Los cambios son negativos para muchos y positivos para otros, porque hay quienes afirman que estos cambios extraordinarios están transformando la consciencia humana, elevándola a estados superiores.


Todo esto ya ha ocurrido antes. En diversas profecías conocidas (y otras tantas que van saliendo a la luz), se señalan los años 2011 y 2012 como los del final de los tiempos. Basado en antiguos registros, se estima que al menos cuatro mundos antes que el nuestro fueron destruidos por cataclismos globales. Se alega que el primero se fulminó con fuego, el segundo por un desplazamiento de los polos, el tercero por tormentas de cenizas ardientes y el cuarto por un diluvio (¿universal?).


En todos, los cambios climáticos severos extinguieron millones de formas de vidas humanas, animales y vegetales en la Tierra. Se supone que ahora estamos en el quinto mundo, caracterizado por los impactos del Sol, grandes guerras y enfermedades, y que los terremotos liquidarán para dar paso al nacimiento de un nuevo mundo.


Curiosamente, aquí coinciden culturas tan diversas como fueron las de los aztecas, los mayas, los indios Hopi, los hindúes, así como los judíos y griegos de la antigüedad. En todas califican el final de un ciclo como una transformación. Pero cada uno calculó su propio calendario y nos preguntamos: ¿si todavía no sabemos cuál es la edad exacta de nuestro planeta, cómo vamos a fiarnos de esos calendarios? Recordemos que cada vez que se realiza un descubrimiento arqueológico en alguna parte del mundo, los científicos se vuelven a plantear la pregunta de la edad real del mundo.


¿Entonces, cómo llegaron a la fecha del 21 de diciembre de 2012? El científico Gregg Braden explica en su bestseller Fractal Time que todos en este planeta estamos sujetos a la influencia de grandes ciclos de tiempo; ciclos dentro de ciclos, y que existen ciclos que cubren periodos muy extensos de tiempo que van de una civilización a otra de los que no tenemos memoria histórica. Braden dice que nuestro ciclo actual, que consta de 5,125 años, está ligado a un evento astronómico que ocurrió en el año 3,114 antes de Cristo. El final de estos 5,125 años será el día del Solsticio de Invierno, el 21 de diciembre de 2012. En este día se espera, dato que no es concluyente, que la Tierra de un pequeño tropezón en su órbita, lo que permitirá ver una alineación planetaria muy singular.


Se ha publicado en medios científicos que el centro de nuestra Vía Láctea es una fuente muy poderosa de energía magnética. El término que utilizan es "filamentos magnéticos" que el centro de la Vía Láctea irradia y que ejerce un efecto muy intenso en nuestro planeta. Se entiende que el 21 de diciembre de 2012 la Tierra, por su inclinación, tendrá un acceso directo a esta fuente magnética. ¿Qué resultados tendrá en nuestro mundo? Lo iremos conociendo en los próximos meses y en este buzón mágico. A su juicio queda.